viernes, 20 de febrero de 2015

Efemérides musicales con Carlos Salas


  • 20 de febrero de 1813. Gloriosa Batalla de Salta. Al mando de Manuel Belgrano el ejército patriota triunfa sobre el enemigo. Parte de la batalla de Salta. Documentos Escritos. Tesoro.

    Transcripción:
    Excelentísimo Señor
    El Todopoderoso ha coronado con una completa victoria nuestros trabajos arrollado, con las bayonetas y los sables, el Ejército, al mando de Dn Pío Tristán, se ha rendido del modo que aparece de la adjunta capitulación: no puedo dar a V. E. una noticia exacta de sus muertos y heridos, ni tampoco de los nuestros: lo cual haré más despacio, diciendo únicamente por lo pronto, que mi segundo, el Mayor Gral. Diaz Velez, ha sido atravesado en un muslo de bala de fusil, cuando ejercía sus funciones con el mayor denuedo, conduciendo la derecha del Ejército a la victoria: su desempeño, el del coronel Rodríguez, Jefe de la izquierda, y el de todos los demás comandantes de División, así de Infantería como de Caballería, e igualmente el de los oficiales de Artillería y demás cuerpos del Ejército ha sido el más digno y propio de Americanos libres que han jurado sostener la soberanía de las Provincias. Unidas del Río de la Plata; debiendo repetir a V. E. lo que le dije en mi parte de 24 de Septiembre pasado, que desde el ultimo soldado hasta el jefe de mayor graduación, e igualmente el paisanaje se han hecho acreedores de la atención de sus conciudadanos y a las distinciones con que no dudo que. V. E. sabrá premiarles. — Dios guíe. a V. E. ms. as. 20 á la noche de Febrero de 1813.
    Excelentísimo Señor  Manuel Belgrano

    Excelentísimo supremo Gobierno de las Provincias. Unidas del Río de la Plata.


Efemérides musicales con Carlos Salas

Carta del cacique mayor de los pampas Cipriano Catriel al ministro de Guerra Martin de Gainza, c. 1870. Documentos escritos. Fondo Museo Histórico Nacional. Sala VII legajo 62. 
Transcripción: 
Exmo Señor Ministro de la Guerra Coronel Don Martín de Gainza Señor de mi respeto y aprecio He tenido la honra como también el placer de recibir la atenta carta de V.E. de fecha de 23 de septiembre por la que veo con transportes de (..) que V.E. comprende y estima en su justo valor el noble pensamiento que abrigo de mejorar la condición de los indios y hacerles conocer la necesidad del trabajo y el respeto a la propiedad. Todavía Señor Ministro no he llevado la misión que me he impuesto, la he principiado recién, sus resultados serán más dignos de la justa apreciación de V.E. que lo hecho hasta aquí. Tanta es mi gratitud por el obsequio que V.E. se digna hacerme enviándome un carruaje para mi uso, que me creo ya no ser indio. Sírvase pues V.E. aceptar mi respeto y aprecio personal como también transmitir mi adhesión al Señor Presidente a cuyo Gobierno cabrá la gloria de realizar la regeneración de los indios.



jueves, 19 de febrero de 2015

El Programa Cultural "UNLugar para Compartir" informa que ya se encuentra abierta la inscripción para los Talleres Artísticos UNLu

miércoles, 18 de febrero de 2015

Talleres Artísticos UNLu 2015

Inicio de Actividades: Lunes 23 de febrero -
Para informes e inscripción: (02323)423171 int. 381 Lunes a Viernes de 8 a 15 - unlugarparacompartirunlu@gmail.com - www.unlugarparacompartir.unlu.edu.ar


martes, 17 de febrero de 2015

Efemérides musicales con Carlos Salas



ALFONSO y ZABALA Las primeras guitarras del folklore
Autores de numerosos temas musicales, con 50 años de historia profesional con nuestra música como maestros de guitarras dieron a sus alumnos lo mejor de sus sabidurías en el secreto de sus instrumentos criollos jerarquizando en los nuevos valores el aprendizaje de esta disciplina la guitarra. La amistad de estos dos paladines comenzó a partir de los 4 años de edad fecha en que Zabala llegó a Villa Mercedes procedente de Ojo del Rio en Sta Rosa del Conlara en compañía de sus padres. Ya en Bs. As. muy jovencitos empezaron en el conjunto Los Trovadores de Cuyo junto a Hilario Cuadros y La tropilla de Huachi Pampa con B. Luna entrando asi por la puerta grande del decir apasionado de nuestro cancionero regional y nacional. También con Marcos Lopez y sus Troperos de Pampa de Achala tuvieron la oportunidad de grabar algunos temas tradicionales, uno de ellos "Criollo Renqueño" que dedicaran a la Villa histórica de Renca y los festejos a su Santo Patrono que se rememora los 3 de Mayo.
Autores de la famosa cueca “La Calle Angosta”: "Mirá Zavalita, esta cueca va a ser tan popular como Luna tucumana y La López Pereyra", le vaticinó Oscar Valles, de Los Quilla Huasi. Y, efectivamente "La cueca, un ritmo característico de San Luis, es pura guitarra. Proveniente de la corriente andaluza que llegó desde Chile, es bailable y expansiva, llena de galanteo y seducción, aunque sin la carga erótica de la zamba", dice Ricardo Miranda, nieto de Don Cándido Miranda, fundador del legendario Boliche de los Miranda que menciona la canción. Justamente, la cueca de Zavalita es su tributo sencillo, localista, descriptivo, de una callecita ("la de una vereda sola...") que se extiende paralela a las vías del Ferrocarril San Martín. La callecita arrancaba en la avenida Los Alamos y terminaba en el molino harinero Fénix, contaba con una serie de almacenes de ramos generales (Don Manuel, Los Miranda y, enfrente, el del vasco "Don Calixto, ¡casi nada!") en los que se vendía la gaseosa nacional chinchibirra, alpargatas o ginebra Bols, sonaban las guitarras de changarines, cocheros de plaza y cantores.
Desde que con su inmenso talento musical, sus sonrisas permanentes, su autenticidad irrebatible y su amor por su tierra querida, llegaron a Buenos Aires y le pusieron serenidad de Tonada y alegría de Cueca a las calles porteñas, siempre imponentes y apresuradas. 


domingo, 15 de febrero de 2015

Efemérides musicales por Carlos Salas

Guillermo Juan Velarde Mors - Pajarito Velarde
A pesar de su abierta y declarada bohemia, Guillermo Juan Velarde Mors siempre contó con el afecto y el apoyo de sus hermanos, especialmente de las mujeres, logrando con­ formar una especie de clan muy uni­do y solidario. Es a partir de entonces que comienza a ser conocido como Pajarito Velarde a secas, apodo gana­do por su figura espigada y también por su inquieta personalidad.
Nació en Cerrillos el 8 de diciem­bre de 1895. Fueron sus padres don Juan Emeterio Velarde y doña Matil­de Mors. Fue el segundo de siete hi­jos de este matrimonio que vivía en la sala de la Chacrilla de los Velarde, casona que aún se conserva en el pueblo de Cerrillos. Si bien su familia era de clase alta, las normas de su ho­gar fueron austeras y respetuosas del cumplimiento del deber.
Al concluir sus estudios de Bachi­ller, su familia envió a Pajarito a la ciudad de Buenos Aires para que continuara sus estudios universita­rios, tal como ocurría con los hijos de las familias tradicionales de la época. Ya en la gran ciudad, vivió en la casa de su tía materna, doña María Mors de Ibáñez. Primero se inscribió en la carrera de Abogacía, estudios que tiempo después cambió por Odontología. Los años fueron pasado y cuando estaba haciendo los trá­mites para ingresar a la Facultad de Medicina de Córdoba, en 1922, fue anoticiado del fallecimiento de su padre en Cerrillos. Al quedarse sin el apoyo económico que le prodigaba don Juan, se vio obligado a regresar a Salta trajinando bajo el brazo un di­ploma de Campeón de Tango, en lugar de portar el título universitario prometido a su padre.
Pero como no se podía vivir solo de la bohemia se emplea en trabajos dispares, como profesor de tango o periodista de El Intransigente. Cuando Pajarito cumplió treinta años ingresó al Banco de la Provincia de Salta y se jubiló como Secretario General de la institución. Además, fue un destacado deportista en tenis y pelotari, logrando varios títulos en torneos locales. Fue además, dirigente de los clubes que propiciaban el tenis, el basquet y el atletismo.
Por los años ‘30 alquiló la casa co­nocida más tarde como “Pueyrredón 106” (esquina España) y que con el paso de los años se convirtió en cen­tro y cuna de la bohemia salteña. Su casa se hizo famosa, tanto en el país como en el extranjero, por lo que fue visitado por grandes celebridades del mundo artístico.
Esa antigua casa del siglo XVIII la frecuentaban figuras de la talla de Juan Carlos, Jaime y Arturo Dávalos, Manuel J. Castilla, José Juan Botelli, José Ríos, Eduardo Falú, Ariel César Fermín Perdiguero, Julio Espinoza, Raúl Aráoz Anzoátegui, Antonio y Oscar Nella Castro, Miguel Angel Pérez, Gustavo “Cuchi” Leguizamón y tantos otros. También, gracias a su desinteresado mecenazgo, desde allí se lanzaron a la fama y al triunfo Los Fronterizos y Los Cantores del Alba, grupo del que fue creador y padrino artístico. 
Pajarito Velarde, murió a los 69 años en su casa, el 2 de agosto de 1965. Y como era soltero y sin hijos, sus hermanos abrie­ron un juicio sucesorio que solamente duró nueve meses, al termino del cual, el inmueble de Pueyrredón 106, fue adquirido con todas sus pertenencias por el exgobernador Roberto Romero para legarla como Casa Museo de Salta, desde el 22 de abril de 1966.
Carlos Salas

Efemérides musicales por Carlos Salas



ALGARROBO, “EL ARBOL DE LOS PUNTANOS”. El algarrobo, especie vegetal tan admirable y nuestra, es para los puntanos “el árbol” por excelencia. Los aborígenes que habitaban este suelo lo respetaban y veneraban por considerarlo el “árbol de la vida” y le daban el nombre de tacu, vocablo que se conserva en alpatacu o alpataco, y tintitacu o tintitaco, nombres de variedades que pertenecen al mismo género del algarrobo. La Madre Naturaleza bendijo a la tierra puntana poblándola de árboles de preciada madera como el nogal, el retamo y el algarrobo, especies arbóreas que se inte¬graron a la flora de la provincia y a la vida cotidiana de sus habitantes ya sea en la batea o en el mortero, en la mesa o en la cuna, en el palenque o en la cumbrera del rancho … Nuestra tierra alimentó con especial amor la raigambre de este árbol dilecto de los sanluiseños como alga¬rrobo negro o pro¬sopis nigra, y al¬garrobo blanco o prosopis alba, variedades que, a pesar de la tala indiscriminada que han sufrido, aún pueblan generosamente nuestro monte serrano. ALGARROBO, ARBOL BENDECIDO: Según la tradición oral, allá por el año 1850 don Tomás Alcaraz, oriundo del de¬partamento Belgrano, que había quedado ciego en su niñez, al hachar un algarrobo halló un crucifijo en el interior del madero. Su savia salpicó los ojos del lugareño y se produjo el milagro: don Tomás Alcaraz recuperó la vista. Desde aquel prodigioso suceso la devoción al Señor de la Quebrada fue aumen¬tando año a año y hoy congrega a millares de fieles y promesantes que llegan cada 3 de mayo a la Villa de la Quebrada, considerada por los puntanos la Capital de la Fe. EL ALGARROBO EN LA HISTORIA: • La madera de este noble árbol fue el soporte de aquella vieja capilla que recons¬truyera Sarmiento junto a su tío el presbítero José de Oro en San Francisco del Monte de Oro, departamento Ayacu¬cho. • En ese mismo pueblo del noroeste sanluiseño, testigo fiel de los primeros pasos de Sarmiento maestro, un añoso algarrobo aún se mantiene en pie frente a la vieja escue¬lita que allí fundara, como fiel custodio de la primera escuela de la Patria. • Fue la copa de un pequeño algarrobo el refugio que halló Facundo Quiroga cuando escapaba de la justicia por la travesía puntana. Perseguido por un tigre cebado en la desértica región ubicada entre las ciudades de San Luis y San Juan, Facundo trepó al solitario árbol y permaneció varias horas oculto en su ramaje mientras la fiera bramaba, los ojos clavados en su presa. Las ramas de aquel algarrobillo temblaron con los zarpazos que daba el tigre al delgado tronco y luego de dos horas de martirio, el caudillo riojano fue salvado por unos amigos que, lazo y puñal en mano, acabaron con el animal. Facundo confesó luego que aquel día había sabido lo que era el miedo. EL ALGARROBO EN LA COCINA CRIOLLA: Cuando la algarroba, fruto que ofrece “el árbol”, llega a su completa sa¬zón se seca y cae. La vaina es masticada o “chupada” por niños y grandes y constituye para ellos un buen alimento en el verano. Además, el algarrobo está presente en la cocina criolla en preparacio¬nes sencillas que, nó por ello, resultan menos apetecibles y nutritivas que otras más ela¬boradas. Es así como el patay, el arrope, la aloja y la añapa, cuyas recetas nos llegan desde tiempos ancestrales, siguen deleitando el paladar de los puntanos. De las cuatro, el patay y el arrope son comestibles; la aloja y la añapa, en cambio, son bebidas muy apreciadas en el ambiente rural. EL ALGARROBO Y LA MEDICINA POPULAR. Por obra de la tradición nos llegan recetas caseras que fueron usadas en el ambiente campesino: • Con las hojas del algarrobo mojadas y con un poquito de agua ca¬liente, poniendo todo dentro de un trapito limpio, se curan las afecciones en los ojos humanos. • Para la nube de carne (carnaza colorada que se forma en los ojos), es bueno echar en ellos unas cuantas gotas de agua con hojas molidas de algarrobo blanco con polvo de azúcar. • Para las nubes en los ojos, se dejan caer en el ojo enfermo tres veces al día tres gotas de savia de un gajo cortado del lado que sale el sol. Se obtienen las gotas poniendo un extremo de la rama al fuego. • A la aloja se le atribuyen propiedades medicinales antivenéreas y diuréticas. ALGARROBO, CORAZÓN DE LAS GUITARRAS: Al fabricar una guitarra nuestros guitarreros saben que, para cautivar el oído con sus sones y la vista con su belleza, cada una de sus partes requiere maderas adecuadas. Así, el mástil de una buena guitarra es de cedro, por ser muy resistente; el diapa¬són es de ébano, por ser una madera fuerte y hermosa; la tapa superior es de pino, ya que es flexible y puede vibrar; la caja de resonancia, corazón de la guitarra, es de nogal, retamo o algarrobo, por ser maderas muy nobles que dan excelente sonori¬dad al instrumento. Es así como el magnánimo algarrobo adquiere un destino de belleza y de canto al revivir en una guitarra. OTRAS BONDADES DEL ALGARROBO: • Las ramas del algarrobo son comestibles y se usan como forraje. • La goma de este árbol y su corteza se emplean para hacer una tintura color café que permite te¬ñir la lana que será usada en los tejidos. Por eso nuestros ponchos son de esa tonalidad, color de la tierra misma. ¡Noble y magnífico algarrobo! ¡”El árbol” de mis paisanos! Generoso te brindas en flor purpúrea, en fruto nutricio, en vigo¬rosa madera, en bálsamo ca¬sero, en inmarcesible sombra, en sonido vegetal de las guitarras … Para loarte, nada mejor que unir nuestras voces a la del poeta Antonio Este¬ban Agüero en su inmortal Cantata: “Algarrobo natal, Torre del cielo. Monumento y estatua del follaje. Hijo del Sol y de la Tierra unidos. Corona real para la sien del aire. Árbol de luz. Espejo de los siglos. Dios vegetal de corazón fragante. ……………… Padre y Señor del bosque. ¡Catedral de los pájaros!” De su libro “Tierra Mía” M.T.Carreras de Migliozzi Dedico este trabajo al Festival del Algarrobo Puntano de Los Manantiales (San Luis) Folklore De San Luis con Asoc Puntana E Cuyanos y 49 personas más
ALGARROBO, “EL ARBOL DE LOS PUNTANOS”. El algarrobo, especie vegetal tan admirable y nuestra, es para los puntanos “el árbol” por excelencia. Los aborígenes que habitaban este suelo lo respetaban y veneraban por considerarlo el “árbol de la vida” y le daban el nombre de tacu, vocablo que se conserva en alpatacu o alpataco, y tintitacu o tintitaco, nombres de variedades que pertenecen al mismo género del algarrobo. La Madre Naturaleza bendijo a la tierra puntana poblándola de árboles de preciada madera como el nogal, el retamo y el algarrobo, especies arbóreas que se inte¬graron a la flora de la provincia y a la vida cotidiana de sus habitantes ya sea en la batea o en el mortero, en la mesa o en la cuna, en el palenque o en la cumbrera del rancho … Nuestra tierra alimentó con especial amor la raigambre de este árbol dilecto de los sanluiseños como alga¬rrobo negro o pro¬sopis nigra, y al¬garrobo blanco o prosopis alba, variedades que, a pesar de la tala indiscriminada que han sufrido, aún pueblan generosamente nuestro monte serrano. 
ALGARROBO, ARBOL BENDECIDO: Según la tradición oral, allá por el año 1850 don Tomás Alcaraz, oriundo del de¬partamento Belgrano, que había quedado ciego en su niñez, al hachar un algarrobo halló un crucifijo en el interior del madero. Su savia salpicó los ojos del lugareño y se produjo el milagro: don Tomás Alcaraz recuperó la vista. Desde aquel prodigioso suceso la devoción al Señor de la Quebrada fue aumentando año a año y hoy congrega a millares de fieles y promesantes que llegan cada 3 de mayo a la Villa de la Quebrada, considerada por los puntanos la Capital de la Fe. 
EL ALGARROBO EN LA HISTORIA: 
• La madera de este noble árbol fue el soporte de aquella vieja capilla que reconstruyera Sarmiento junto a su tío el presbítero José de Oro en San Francisco del Monte de Oro, departamento Ayacucho. 
• En ese mismo pueblo del noroeste sanluiseño, testigo fiel de los primeros pasos de Sarmiento maestro, un añoso algarrobo aún se mantiene en pie frente a la vieja escue¬lita que allí fundara, como fiel custodio de la primera escuela de la Patria. 
• Fue la copa de un pequeño algarrobo el refugio que halló Facundo Quiroga cuando escapaba de la justicia por la travesía puntana. Perseguido por un tigre cebado en la desértica región ubicada entre las ciudades de San Luis y San Juan, Facundo trepó al solitario árbol y permaneció varias horas oculto en su ramaje mientras la fiera bramaba, los ojos clavados en su presa. Las ramas de aquel algarrobillo temblaron con los zarpazos que daba el tigre al delgado tronco y luego de dos horas de martirio, el caudillo riojano fue salvado por unos amigos que, lazo y puñal en mano, acabaron con el animal. Facundo confesó luego que aquel día había sabido lo que era el miedo. 
EL ALGARROBO EN LA COCINA CRIOLLA: Cuando la algarroba, fruto que ofrece “el árbol”, llega a su completa sa¬zón se seca y cae. La vaina es masticada o “chupada” por niños y grandes y constituye para ellos un buen alimento en el verano. Además, el algarrobo está presente en la cocina criolla en preparaciones sencillas que, nó por ello, resultan menos apetecibles y nutritivas que otras más ela¬boradas. Es así como el patay, el arrope, la aloja y la añapa, cuyas recetas nos llegan desde tiempos ancestrales, siguen deleitando el paladar de los puntanos. De las cuatro, el patay y el arrope son comestibles; la aloja y la añapa, en cambio, son bebidas muy apreciadas en el ambiente rural. 
EL ALGARROBO Y LA MEDICINA POPULAR. Por obra de la tradición nos llegan recetas caseras que fueron usadas en el ambiente campesino: 
• Con las hojas del algarrobo mojadas y con un poquito de agua ca¬liente, poniendo todo dentro de un trapito limpio, se curan las afecciones en los ojos humanos. • Para la nube de carne (carnaza colorada que se forma en los ojos), es bueno echar en ellos unas cuantas gotas de agua con hojas molidas de algarrobo blanco con polvo de azúcar. 
• Para las nubes en los ojos, se dejan caer en el ojo enfermo tres veces al día tres gotas de savia de un gajo cortado del lado que sale el sol. Se obtienen las gotas poniendo un extremo de la rama al fuego. 
• A la aloja se le atribuyen propiedades medicinales antivenéreas y diuréticas. 
ALGARROBO, CORAZÓN DE LAS GUITARRAS: Al fabricar una guitarra nuestros guitarreros saben que, para cautivar el oído con sus sones y la vista con su belleza, cada una de sus partes requiere maderas adecuadas. Así, el mástil de una buena guitarra es de cedro, por ser muy resistente; el diapasón es de ébano, por ser una madera fuerte y hermosa; la tapa superior es de pino, ya que es flexible y puede vibrar; la caja de resonancia, corazón de la guitarra, es de nogal, retamo o algarrobo, por ser maderas muy nobles que dan excelente sonoridad al instrumento. Es así como el magnánimo algarrobo adquiere un destino de belleza y de canto al revivir en una guitarra. 
OTRAS BONDADES DEL ALGARROBO: 
• Las ramas del algarrobo son comestibles y se usan como forraje. 
• La goma de este árbol y su corteza se emplean para hacer una tintura color café que permite te¬ñir la lana que será usada en los tejidos. Por eso nuestros ponchos son de esa tonalidad, color de la tierra misma.
¡Noble y magnífico algarrobo! ¡”El árbol” de mis paisanos! Generoso te brindas en flor purpúrea, en fruto nutricio, en vigo¬rosa madera, en bálsamo casero, en inmarcesible sombra, en sonido vegetal de las guitarras … Para loarte, nada mejor que unir nuestras voces a la del poeta Antonio Este¬ban Agüero en su inmortal Cantata:
“Algarrobo natal, Torre del cielo. Monumento y estatua del follaje. Hijo del Sol y de la Tierra unidos. Corona real para la sien del aire. Árbol de luz. Espejo de los siglos. Dios vegetal de corazón fragante. ……………… Padre y Señor del bosque. ¡Catedral de los pájaros!”
De su libro “Tierra Mía” M.T.Carreras de Migliozzi

Carlos Salas


Efemérides musicales por Carlos Salas



Hoy cumpliría sus años el querido Chivo Montenegro.
La siguiente información la extraje de lo publicado por la señora Norma Sosa en un blog de folklore.
Héctor "Chivo" Montenegro, quien nació el 15 de febrero de 1934 en el pueblo de Paunero, provincia de Córdoba. Por tal razón, quiero recordarlo a través de estos datos que he podido reunir. Hijo de Jacinta Pallero y Antonio Montenegro, siendo muy pequeño se radicó con su familia en el sur de San Luis, donde transcurrió su niñez y adolescencia, primero en la estancia “Las Isletas” y luego en “La Angelina”, donde realizó sus estudios primarios.
En Villa Mercedes conformó con Isidoro González el dúo “Montenegro-González” presentándose en diversas peñas, reuniones de amigos, y en cada oportunidad que el canto a lo nuestro los convocara. “Hoy me dijo papá”, “Ilusión paterna”, “Y son tuyos los lamentos”, “A Villa Mercedes”, “Las Tres Marías”, “Cueca pa’ Don Félix”, el gato “El villeguense”; y “He de seguir cantando”, una zamba con música de Jacinto Poblete, son algunas de las más de sesenta canciones y poemas que lo testimonian como compositor. Junto a “El Trébol Mercedino”, principalmente, todas sus poesías se convirtieron en canto interpretadas por su voz, primera en el conjunto, acompañado por la segunda de Raúl Tránsito Avila. La grabación de dos larga duración en Capital Federal recuerdan su paso por “El Trébol".
Actuó en importantes escenarios del país, radios, canales de TV, peñas y reuniones de amigos. En el año 1978 integró el dúo Montenegro-Villar continuando su difusión musical e interpretativa.“Dotado de una gran sensibilidad, guiado por Dios para dar, Héctor ‘Chivo’ Montenegro deja a este mundo en herencia su riqueza espiritual: a los mercedinos para recordarles que Villa Mercedes es tierra de cultores musicales; a los cuyanos, para custodiarla y difundirla; a todos para deleitarse con ella”, escribieron Elisa Canciani y Mónica Braida.El destacado músico y poeta murió en Villa Mercedes, el 21 de enero de 1994.

Carlos Salas